La semana pasada dejaron esta Vespa a la entrada del taller tal cual la veis. La idea
era hacer un mostrador y colocarla en un restaurante con producto. Hasta ahí bien, el asunto se complica cuando nos dicen que hay que cortarla y alargarla treinta y siete centímetros.
Nos enseñaron unas fotos en las que se veían motos cortadas por la mitad y unidas con perfiles, algo no muy elaborado, la verdad. Pensamos que podíamos hacerlo mejor, si pareciera que había salido de la fábrica con ese tamaño.
Es decir, teníamos que fabricar un tunel y un suelo con las mismas medidas, soldarlo y pulirlo para que siguiera pareciendo una pieza.
Una vez que teníamos clara la maniobra, el primer paso es cortar la moto. Hay que escoger el mejor lugar por donde hacerlo, tiene que ser un lugar que después te permita seguir trabajando.
El siguiente paso es colocar una estructura interna que mantenga rígida la moto y recubrir la estructura.
Le fabricamos un asiento de chapa, con unos muelles artesanales y la estructura que soportaría el mostrador. Y después de empapelar y desmontar las piezas, quedó lista para pintura. En este caso rojo vivo a juego con la imagen corporativa del cliente.
Este es el resultado final. Espero que os guste tanto como a nosotros.