jueves, 13 de octubre de 2016

RECUBRIMIENTO PARA CHIMENEA

Ésta semana estuvimos trabajando en un piso en Oviedo. Cómo siempre en nuestro trabajo, un proyecto diferente.

En este caso, fue un recubrimiento para una chimenea de bioetanol integrada en un mueble de pladur.
Con la intención de que la chimenea destacara más en un salón pintado en blanco, nuestro cliente quería darle un sutil toque negro.

Para ello nos encargó una pieza muy fina con bordes muy estrechos, de quince milímetros de ancho.








La dificultad en este tipo de piezas está en manejarlas con cuidado. Porque debido a que al utilizar espesores tan finos y con bordes tan estrechos la pieza es muy débil y podría doblarse quedando marcada y por lo tanto inservible.

Para fijarlas en el mueble utilizamos un pegamento de secado ultrarápido de la marca Würth. El cual fue especialmente útil para pegar la parte superior del recubrimiento.

                                                                                Para el acabado de pintura utilizamos un color, obviamente negro, pero con partículas metálicas, las cuales aportan un cierto brillo.
Un sencillo truco que utilizamos para que las partículas no den una textura áspera es colar varias veces la pintura con un colador de cocina. De ese modo eliminamos las partículas más gruesas dejando únicamente las más finas, que aunque apenas son perceptibles al tacto, si lo son a la vista.

Espero que os haya gustado este trabajo. Os recuerdo una vez más que para cualquier consulta que queráis hacerme podéis enviármela por correo y estaré encantado de contestaros en la mayor brevedad posible.

Hasta la próxima metalistas!!

viernes, 7 de octubre de 2016

UN CAMINADOR PARA SEIS CABALLOS

-Necesito un caminador para mis caballos. Eso fue lo que escuché nada más descolgar el teléfono. Era mi amigo Guillermo, veterinario y entrenador de caballos de carreras.

Un caminador de caballos es una máquina que guía a los caballos para que caminen dentro de ella, separados por compartimentos.

Caminador de caballos de 20 metros de diámetro.


Una vez que los caballos están dentro, el caminador debe acelerar progresivamente hasta alcanzar una velocidad de entre 8 y 10 km/h y mantenerla de 15 a 25 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, el caminador debe desacelerar hasta prácticamente pararse y en ese momento invertir la dirección de giro.  Con el fin de que los animales trabajen  los músculos, tendones y articulaciones de cada lado equitativamente y además evitar las sobrecargas. Esta secuencia de giro, se repetirá automáticamente durante el tiempo total de trabajo que el entrenador considere oportuno.

Dibujando las piezas.
Una vez entendido el trabajo, nos pusimos manos a la obra. Primero con el trabajo de diseño en el ordenador.
El caminador consta de muchas piezas atornilladas, por lo que es necesario realizar un despiece preciso si queremos que todo encaje perfectamente en el montaje.

Una vez que ya tenía todas las piezas diseñadas y estaba seguro de que todo funcionaría correctamente comenzamos con la fabricación en el taller.



Brazos y prolongaciones.
Comenzamos fabricando los brazos, los cuales constan de dos partes. Por un lado la parte más próxima al eje, donde se encuentran los puntos de anclaje. Para que los seis brazos encajaran en cualquiera de las posiciones, fabricamos una plantilla, de ese modo las seis piezas son copias exactas unas de otra.                                         Por otro lado esta la prolongación del brazo, de donde va colgada la pantalla separadora. Y ambos tramos los enganches de los tensores para que el brazo no se arquee hacia abajo.






Eje.
La siguiente parte importante es el eje. es la pieza que soporta toda la estructura y el motor. Consta de un tubo de 200mm de diámetro exterior y otro de 100mm interior. con dos rodamientos de 18mm para permitir el giro.       El eje, también consta de dos partes. La parte superior donde se encuentran los soportes y la campana de rozamiento. y la inferior que es la que se ancla al suelo y soporta el motor.

La última parte fundamental es el cuadro de maniobras, que es el cerebro que envía las instrucciones al caminador. El cuadro de maniobras consta de varias partes:
Cuadro de maniobras.
  1. Variador electrónico de corriente. Ajusta la energía a la necesidad de potencia.
  2. Temporizadores, uno para el tiempo de giro y otro para el tiempo de trabajo.
  3. Potenciómetro, regula la velocidad.
  4. Botón on/off, encendido y apagado.
  5. Botón para parada de emergencia.
  6. Botón de funcionamiento manual, para meter y sacar los caballos.
  7. Caja hermética. 
Además, de estos componentes fundamentales, no olvidemos el cableado de la corriente hacia el cuadro y del cuadro hacia el caminador.

Una vez que ya teníamos todas las partes había que instarlo y ponerlo en funcionamiento. Esta parte del trabajo fue relativamente sencilla. La llevamos a cabo entre tres personas sin necesidad de ayuda mecánica. Simplemente con un nivel y un juego de llaves.
El hecho de haber tomado el tiempo necesario en la fase de diseño nos facilitó enormemente el trabajo de instalarlo. Y el caminador funcionó a la perfección a la primera, como debe de ser.

En el siguiente vídeo podéis ver el caminador funcionando con caballos dentro de el.


Ahora mi amigo Guillermo tiene una máquina perfecta para combinar los entrenamientos con jinete y sin el. Esta cualidad del caminador, la de los caballos entrenen sin jinete es muy beneficiosa en caso de que los caballos tengan aluna lesión en el dorso, pues pueden ejercitarse sin necesidad de cargar pesos. 

Espero que os haya gustado esta post sobre como hicimos un caminador para seis caballos. Ya sabéis que podéis contactar conmigo si queréis recomendarme algún tema sobre el que hablar, espero vuestras sugerencias.

Hasta la próxima metalistas. 

miércoles, 5 de octubre de 2016

Restauración de barandilla de acero.

¿Qué tal, amigos del metal? Hoy os traigo un trabajo que llevamos a cabo hace unos meses. Se trata de la reparación de la barandilla que da acceso al Faro de Cudillero en Asturias.

Esta barandilla fue arrancada literalmente del lugar donde estaba instalada por un golpe de mar durante el invierno anterior. La fuerza del mar, no solo la echó abajo, si no que también,  rompió las soldaduras que unían los tubos. 

Es realmente sorprendente la fuerza que tiene el mar durante una tormenta, porque la barandilla está ubicada en una zona alta y separada unos treinta metros de la linea de la costa. Lugar hasta donde llegaron las olas y golpearon la barandilla hasta separarla entre si y arrancarla de sus anclajes.

En las siguientes imágenes podéis observar como nos encontramos la barandilla.

Estado en el que estaba la barandilla.
Candelero arrancado por la base.
                                                                                                                                                                 
En estas imágenes se aprecia perfectamente el estado en el que nos encontramos la barandilla, completamente arrancada de sus bases, con la mayor parte de los tubos doblados y las uniones de los tubos separadas. 


Soldadura rota.
Roturas en la continuidad.

El trabajo no estaba exento de dificultad, de hecho, la empresa que originalmente había realizado la instalación de la barandilla, declinó hacerse cargo de la restauración. Razón por la cual este trabajo llegó a nuestras manos.
Además si el trabajo ya era complicado de por sí, la premisa fundamental según nuestro cliente era realizar la reparación aprovechando la máxima cantidad posible de material existente. Con la intención de aliviar en la medida de lo posible el coste de la reparación.


Una vez concretados los pormenores aceptamos llevar a cabo la preparación. Trabajamos en ello durante dos semanas. En primer lugar, separamos todas las partes para poder restaurarlas independientemente. Después sustituimos los antiguos anclajes por otros mucho más fuertes y mejor fijados a la estructura de hormigón mediante varillas de acero recibidas con resina epoxi.

Una vez que teníamos las partes reparadas y los anclajes instalados, era el momento de colocar la barandilla en su lugar y proceder a realizar las uniones mediante soldadura TIG. 
Esta fue la parte más sencilla en mi opinión, ya que los anclajes había quedado bien nivelados colocar la barandilla en su sitio y con los empalmes bien enfrentados el trabajo de soldadura fue relativamente sencillo.
Por último nos quedaba el trabajo de lijar y pulir. Para eso, la mejor herramienta es la paciencia ya que las prisas en el pulido no sirven de nada. Pasamos todos los discos de lija, cada vez más finos y los trapos de algodón y cuerda junto a sus pastas abrasivas justo para darle un toque final con el disco fino de algodón y polish.

El resultado final fue el que podéis ver en estas fotografías.

Trabajo terminado
Candelero restaurado.

Vistas del mar Cantábrico.


Como podéis ver, el barandilla quedó como nueva, pero mejor aun ya que en esta ocasión, con los nuevos anclajes, quedó perfectamente fijada al suelo. De hecho este año, ya ha soportado perfectamente otro fuerte temporal. La prueba definitiva que ha hecho que consiguiéramos un nuevo y muy buen cliente.

Espero que os haya resultado interesante este proyecto. Ya sabéis que si tenéis alguna duda o pregunta respecto a cómo y con que herramientas o útiles realizamos este trabajo, podéis hacerla dejando un comentario en este post o por correo electrónico. Yo estaré encantado de poder responderos a todas las cuestiones que os puedan surgir.
Del mismo modo si tenéis interés en que escriba sobre otras cuestiones del oficio de la metalistería podéis hacerme llegar vuestras sugerencias y escribiré un post al respecto.

Un saludo amigos metalistas, nos vemos en el siguiente trabajo.